Quisiera que mi memoria no dejara ni un solo color sin su espacio. 
Yo me encargo del sobresalto, del perfume, la textura y la temperatura. 
Acostumbro a sellar suspiros, 
a tallar todo esto dentro,
a inmortalizarlo por necesidad. 
Es un sentimiento malcriado que acapara toda mi atención. 
Y registra todo para sí, 
para mí.
Es la velocidad del tiempo, de la sorpresa, de lo grato, de lo hermoso. 
Pero la imagen se desvanece.
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