Friday, November 9, 2012

Sin título.

A pesar del abrazo de las cosas que son cueva,
del techo, el hilo de la tarde que se cuela,
del heladero que pasa para hablar de años,
de todas las manos que protegen al cuerpo del derribo,
están a veces los días,
como en un patio donde han sido abandonados los perros,
secándose al sol de la mentira.
Una sarta de cuentos agrietados,
un libro que no siempre quieres leer.
Pero es el mundo así,
afortunadamente inabarcable,
tan convenientemente lejano aun bajo tus pies,
para que puedas descalzarte y seguir.

®