Saturday, April 23, 2016

6 años.

Hemos pasado muchas páginas
y ganado nuevos miedos.
Los muertos nos han tomado por sorpresa
y da igual que se hayan despedido o no;
se han ido.

Otros siguen allí,
envenenando los años con billetes,
pasando medio pollo asado con las monedas que nos han robado.

Somos sobrevivientes,
aunque nos lleven a juicio.

He cambiado jardines por balcones,
mi dirección,
mis zapatos,
mis respuestas
y también algunos llantos por risas.

La risa en abril,
¡la risa de Abril!
¡Ah!, mi amor,
es una flor clavada en tierra inmortal,
algo que quizás nunca te he dicho.

Nos hemos movido al norte, al este...
También nos hemos enfermado,
de los años,
del mundo,
y cada vez que puedo escribo algunas líneas
o pinto cualquier tontería que solo yo entiendo
para ganarme un día más de vida ( ).

Han pasado 6 años desde que empecé a abandonarte.

®



||| Ceremony - New Order |||

Monday, April 4, 2016

Horizonte (para niños).

Es la rayita hasta donde llenas de agua tu bañera,
una línea fina como un cabello,
larga como una frontera.

Es el parque más grande en el que hayas jugado,
toda la orilla de un río,
los truenos cuando hay tormenta,
el sitio al que llegas cuando subes una montaña.

Es la tapa de tu caja de juguetes,
lo que piensas cuando te cuentan un cuento,
lo que sientes cuando escuchas canciones,
las personas que vas conociendo
y las cosas que vas aprendiendo.

Es tu casa más grande.
A veces es de agua,
a veces de tierra,
a veces de piedra;
siempre tocando el aire.

Es la cajita donde se guarda el sol por las tardes,
mientras el canto de los pájaros se duerme en las ramas
y de donde sale la luna por las noches a mirar tus sueños.

Siempre está,
no importa hacia dónde camines.

®

030416.

Se filtran también las vilezas
y empieza a formarse el pantano.
Carne cruda cortada en pedazos.
La lluvia que ya no moja ni refresca.

Un refugio,
tus letras,
aunque te importe un cuerno.

®

Saturday, April 2, 2016

Sin título.

Hay monedas que dan mala suerte,
dijo el hombre con la guitarra;
no le creí porque estábamos en la puerta de la catedral
y yo cantaba por dentro.
Anoche nadie escuchó la confesión.

El señor del acordeón se acercó sonriendo;
arrugado, dando gracias.
Hay quienes se ríen de la buena suerte.

Nadie vio que nos miramos con temor,
como a quien no le queda otra opción que saltar al vacío;
incapaces de explicar nada más,
solo decir una oración.

®