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Wednesday, June 11, 2014

Sin título.

No se parece a esto
lo que conocí,
lo que imaginaba 
sentada en una salón de quinto grado. 

En aquel salón
no cabía tanta basura. 

No cambio el cachito
ni el café 
ni la arepa 
ni la risa
por menos oscuridad,
menos náuseas,
menos cárcel,
menos muerte. 

Porque no hay. 
Porque no queda. 

Ojalá quede una puerta,
grande,
por donde quepa un país completo. 

®

Sunday, May 18, 2014

Irme.

De aquella gran distancia
entre una posibilidad y la realidad:
nada.

Planes abecedario,
hoy necesidad.

Hoy quiero irme hoy,
hoy quiero haberme ido ya,
hoy quiero no haber vivido esto,
hoy quiero vivir.
Ya.

No me hablen,
no me cuenten,
no me convenzan.

Sólo el amor lejos me duele,
sólo mi familia.

No hay país,
no hay ciudad;
hay gente y hay dolor,
hay bestias y hay dolor.

Quiero irme.
Ya.

®

Saturday, August 25, 2012

A veces no te quiero tanto.

Una iguana, un zamuro, un murciélago;
yo creo que es una paloma gigante,
pero ¿qué se yo, no?
Las aceras se desploman por metros;
los puentes, las casas, lo cerros...
De cada tres esquinas una es putrefacta,
como si en cualquier momento fuese a explotar
una cloaca del tamaño de la ciudad,
una gran fuente que nos salpicará a todos;
como si nos hiciera falta ensuciarnos más.
Bajando por cualquier calle un hilito de agua negra,
o blanca, que sirve para ser desperdiciada,
porque ¿qué importa, verdad?
o para contribuir con la destrucción de las vías,
o de las vidas,
porque también se pierde la vida;
también hay hilitos de agua roja, de sangre.
Al lado del hilito un mendigo, un perro y basura;
un delincuente, tres motorizados y un abusador;
el tráfico infernal a cualquier hora.
También debe haber alguna florecita, yo sé,
árboles y gente sonriendo.
A veces los veo, a veces soy yo;
pero cuesta, entre tanta podredumbre. 

®


Sunday, May 20, 2012

Días de plomo.

Todos recuerdan estar afuera,
del otro lado imaginamos el cuento.
Todos sentimos el olvido,
todos sabemos que estamos solos.

Mientras se escuchan los gritos
y mienten los bárbaros,
unos desenfundan sus armas,
y otros se refugian en Dios.
(o las dos)

En días de plomo,
nadie tiene razón.

Cuerpos en el piso arrastrando la pena,
el miedo mostrando los dientes.
Promesas vencidas;
mentiras, mentiras...

Nadie llora si no ha sido feliz;
recuerda esa vez,
así sea una
y olvidemos el olvido
para que esto termine.

®

Wednesday, March 14, 2012

Llegará ese día.

Caminaremos ignorando a todos si queremos,
sin sentir que por hacerlo quedamos expuestos;
esa idea un poco tonta de que podemos defendernos
de esta violencia que nos excede.

Andaremos tranquilos por donde nos provoque,
no como quien entra a una cristalería de pasillos estrechos.
Y no necesitaremos cien ojos,
con lo que se dice que uno debe andar en todo momento.

Lo haremos sin pensar en lo que llevamos en la cartera,
sin miedo a que alguien se quede esperando,
a que nunca lleguemos.

Llegará ese día;
nos miraremos a la cara sin tantas dudas,
y sonreiremos.

Espero que hayamos sobrevivido.

®

A Thing Called Love by Johnny Cash on Grooveshark

Tuesday, December 13, 2011

¿Dignidad?

Dinero y poder como elixir o veneno
y las bocas que lo beben con placer.
El aplauso eufórico de quienes sueñan con ser hienas,
de quienes se bañan en su risa aunque lloren por dentro.

En un país cuadrilátero los trofeos se los lleva la violencia,
como a todos si nos cruzamos con ella.
Cuando muchos son cómplices,
muchos son víctimas.

Nunca la dignidad había sido tan indigna.

No hay fórmulas mágicas,
solo malas decisiones…
y buenas también.
El silencio no será una excusa.

®

Wednesday, September 28, 2011

Todo incluido.

¡Maten a los perros!
¡Róbense esos reales!
¡Que se caigan los aviones,
y también los techos!
¡Que se pudra la comida!
que hay camiones de mentiras.
¡Balas para todos!
para defender tus sueños,
y si queda alguno,
le disparo más promesas.

¡Lo prometo!

Tantas tristezas vienen en el paquete de la vida
que no se pueden evitar,
que montar un fábrica de porquerías y vilezas,
y además, trabajar en ella,
es una estupidez tan soberana
que se vuelve imperdonable.

Todo puede mejorar,
y nosotros, los que vamos quedando, también.

®

Friday, September 23, 2011

Desvío.

Esa súbita necesidad de advertir el peligro,
tan cotidiano,
al que nos acostumbramos.
La calle negra desde hace años,
sola como la una,
salpicada de barro,
de lluvia.
Los restos de un muy tímido intento de contener la debacle
que avanza casi como el tiempo,
sin freno.
Nada,
ni una gota de luz,
ni una candelita de pote,
nada.
Los restos de ese tímido intento que parece fachada,
que si lo es, ya es una burla,
como la pintura amarilla.
Y uno,
el ciudadano insignificante
que no vale una luz, una señal, un mañana.
Mi mensaje de alerta,
de queja,
llevaba entre paréntesis: a quien pueda interesar...
así, con desdén,
porque sé,
que algunos se creen Dios cuando intentan, como dicen, tapar el sol con un dedo
ignorando que para eso, como mínimo, deben tocarlo.
Porque sé,
que a estos y a otros no parece importarles
si la vida se pierde en una señal de desvío invisible,
si la vida se pierde...
así, con desdén.

®

Monday, August 1, 2011

Preguntas inseguras.

¿Qué crece en el corazón de los huérfanos que deja la violencia?
¿Cómo sigue el que se salva si solo siente desamparo y desespero?
¿En qué cree el que tiene una pistola rozándole el espíritu?
¿De qué se alimentan esas almas;
las que pierden y las que creen que han ganado la batalla?
¿Tienen tiempo de otra cosa que no sea intentar sobrevivir?
¿Tienen tiempo de soñar?
¿Dónde vive una esperanza en la ciudad de balaceras?
¿Dónde vive el amor y dónde la venganza?
¿Dónde mora la justicia? ¿En mora? ¿Demora?
¿Cómo aguantan esos cuerpos, si yo de verlos siento que no puedo?
¿Quién seca esas lágrimas?
¿Hasta dónde la sonrisa es un consuelo?
¿Cómo se comprende este destierro?

®

Saturday, July 23, 2011

¿A quién le tocó caer?

¡Por fin, a dormir temprano!

No había pasado mucho más de una hora cuando el sonido de unos quince disparos me sacó del sueño en un sobresalto. Quince, diez, veinte, uno, ¿qué importa?

Sí, la verdad es que se escucharon lejos, pero uno, el venezolano, los siente tan cerca, cada vez más cerca.

Después, mientras trataba de conciliar el sueño, y como siempre ocurre en estos casos, pensaba en qué habría pasado: disparos por diversión desde un carro, una esquina, una ventana; una persecución policial, un secuestro, un sicariato, un enfrentamiento entre bandas, una venganza, el robo de un carro, un celular, cualquier cosa. Tantas opciones en esta ciudad armada y violenta.

En fin, volver a dormir con ese nudito en la garganta pensando:
¿A quién le tocó caer? Un culpable, un inocente, un niño, una mujer, un hombre. Quince, diez, veinte, uno, ¿qué importa?

La vida importa poco, eso parece.

Qué miedo, qué dolor.

®

Saturday, June 18, 2011

Desdichado paisaje.

Recordar que la estrategia es rastrera,
pensar que no se piensa
y que peor es que no se sienta.

Una palabra estúpida no nace
de la imagen que describe
sino del horror que defiende,
de la vida que apaga.

Esa promesa inútil
más que rabia, duele.
La rabia hiere.
Destroza el odio que hace eco.
Eco que ensordece,
que se fabrica en serie con desprecio
y multiplica la infamia.

Desdichado paisaje.

Pero no olvido.
No puedo
ni debo.
Que si el amor no existiera
nada de esto importaría.

La prueba es la vida que queda,
la voz que resiste,
el llanto que limpia,
el dolor que busca un mapa,
escribe una letra
o grita.
Porque siente cuando no piensa
o piensa porque siente.

¡Milagro!
Si es así, los milagros existen
todos los días,
en este desdichado paisaje
que se fotografía todos los días.

®

Saturday, June 4, 2011

Disculpen, pero es mi deber.

Siento que contamino este blog con posts de este tipo, pero...es mi deber.

¿Chávez no sabe nada? II

El 21 de julio de 2008 escribí este post ¡Chávez no sabe nada!
Ahora vuelvo sobre el tema porque no puedo creer que 3 años después se siga repitiendo lo mismo.

Últimamente ando con la rabia atravesada, por lo de siempre, lo de todos los santos días. El caos de país en que vivimos.

Todos los días es una cosa nueva, y vieja porque llevamos años en esto. Que si mataron a uno aquí, a otro allá; en la mañana, en la noche. Que si expropiaron aquí, allá, etc. Que si la luz, no hay, luz, un bajón de luz. Se fue el agua, el agua está saliendo sucia, no hay carne, la carne está dura; no hay aceite, no hay leche. Que si llegó la harina. Que subieron esto, que ahora es más caro, que nadie atiende, que si la grosería en cualquier lado, el mal servicio, que si los huecos, que no hay repuestos, que los hospitales, los aeropuertos, que no se puede creer en nadie. Y pare usted de contar. Lo mismo, lo mismito todos los días.

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 ®

Wednesday, January 12, 2011

Cosas que pienso...

...y que a veces ni yo misma entiendo.

Y alguien pregunta, se pregunta.

Algo que uno ve, escucha y sabe: -Es que aquí la gente no aprende (refiriéndose a los damnificados), tuvieron que mandarles a la GN para sacarlos porque destruyeron todo y pedían mucho sin hacer nada.

Es que nadie aprende así. En un país donde los gobiernos se han empeñado en acostumbrarnos a pedir y esperar todo sin nada a cambio. Donde las personas creen merecerlo todo porque sí, sin mucho esfuerzo y por encima de lo que sea. Donde todo pierde valor porque el voto vale una simple promesa.

Siempre se me hace difícil referirme a estos temas sin sentirme un poco culpable porque parece que generalizo. Y siempre será así. Cada persona es distinta como lo es cada situación. Cada quien tiene su historia. No tengo forma de ser justa con todos mas sí de ser sincera y creo que esa es una forma de justicia.

Mientras más pienso en el asunto y trato de buscar respuestas para encontrar soluciones, siento que todo se hace más confuso, que cuesta poner luces que definan un camino a seguir. Que hay tanta destrucción que parece imposible. Y es que inevitablemente me extiendo hacia el resto del mundo y el daño se ve tan extenso… Pero hay que hacerlo. Hay que pensar, volver, repasar, escuchar y hacer.

Sabemos de problemas y de soluciones. Lo que cuesta poner a manera de plan a seguir es el cómo. Estamos claros que la educación, o mejor dicho la falta de ella es determinante. No sólo en el sentido de una enseñanza completa y avanzada para convertirse en profesional. Es esa, tan importante, la que viene de casa, la que se da con el ejemplo. Es esa que no sólo se trata de aprender a dar los buenos días y las gracias o de respetar a los mayores o de sentarse a comer y saber utilizar los cubiertos. Es todo esto y más. Es ese sentido común. Esa conciencia que hay que desarrollar, que no puede perderse de vista ni un segundo, que tiene que ser parte de cada uno de nosotros. Es una responsabilidad con uno y con los demás. Es saber que me equivoco y que siempre puedo enmendar el error. Pero uno no compra derechos, ni respuestas, ni soluciones, ni amor. Sólo lo material puede ser pagado y sin embargo parece que hay conciencias que tienen precio. Allí me pregunto yo y trato, así desde lejos, muy lejos, de lograr el imposible de entrar en la mente de otros, buscando una pista que me diga si realmente es posible ponerle precio a eso o es un espejismo. Me repito que no es posible, que la conciencia no se vende y de allí viene la siguiente pregunta: ¿es posible que no exista la conciencia entonces?

¿Cómo hago? Si no hay manera de que yo comprenda la crueldad intencional.

Volviendo a la responsabilidad. Ser responsable no sólo es cumplir ciertas obligaciones o respetar leyes. Se es responsable con el ejemplo, sabiendo que lo que se hace es más grande que nosotros y siempre será un ingrediente más en el comportamiento del otro. También asumiendo esto, tratando de no confundir lo externo, incontrolable e impredecible con nuestra respuesta y acción. Sin culpas. Sin excusas.

Y mientras escribo esto debo aclarar que tengo muy presentes y como ejemplo para cada cosa de la que hablo mis propios errores. No los olvido porque en mí también tengo una referencia.

Ahora, ¿a quién le doy gracias por pensarme sin rencores? Porque una cosa es el resentimiento y otra el respeto que uno se debe a sí mismo, la dignidad.

¿Cómo se llega a tener el alma tan agrietada por el odio? ¿Cómo sale alguien de eso? Es como cualquier guerra. Uno dispara y el otro responde a la agresión. Y pareciera que nadie se da cuenta que la víctima deja de serlo en el mismo momento en que responde con violencia. Que a partir de allí ambos son culpables y que el precio que se paga es una cuenta compartida donde no hay mejores ni peores, ni buenos ni malos.

Ya me extendí de nuevo a los confines del universo.

Entonces, sigo con las preguntas: ¿Cómo se ayuda a alguien que no se ayuda a sí mismo? Si las personas no entienden que una ayuda es un apoyo pero también debe ser una base, una herramienta para que exista una solución duradera, que permita progreso y se expanda hacia lo que está alrededor y así se forme una fuerte red que sostenga y contenga, en vez de un fin, porque un fin es también un límite.

Si no nos involucramos en todo, no hay salida ni ayuda que valga.

®

Saturday, July 3, 2010

Violencia a flor de piel.

En la cola, un tipo cruza por el medio de la avenida, justo frente a mí, distraído.
Casi lo atropella un motorizado que le toca corneta y al pasar le medio lleva la chaqueta con el retrovisor de su moto.
El hombre lo insulta, el motorizado responde pero continúa.
El hombre saca un pistolón y dice: -no sabes con quién te equivocas.
Yo, sin poder moverme, por segundos pienso que me va a robar, que va a disparar a lo loco, que va a matar al motorizado por la espalda, no sé, no podía quitarle los ojos de encima a lo que en medio de mi terror parecía una ametralladora; pero en fin, el tipo cruza como si nada y lo último que veo (porque ya avanza la cola) es a dos personas en el cajero viendo al tipo cruzar (pistola en mano) y sin saber lo que pasaba, paralizadas porque imagino que estarían pensando lo mismo que yo segundos antes.

Cuánta desgracia pudo suceder por nada. Así está la violencia aquí, a flor de piel.

®

Wednesday, June 9, 2010

Mentira blanca. Mentira negra.

Ya todos conocemos eso que llaman la mentirita blanca. Aquella que utilizas para salvarte de un momento vergonzoso, de un regaño de tus padres o del reclamo de un jefe. También se utiliza para darle algo de dramatismo a una situación que requiere una respuesta o pronta solución. Por ejemplo, si vas a una oficina pública o a algún centro de servicio y, como es costumbre, te solicitan un dato o recaudo que tú, por supuesto, no llevaste; puedes recurrir a ella utilizando frases como: -Es que yo vengo de muy lejos ¡Imagínese! o -¡Ah! Es que cuando yo llamé a mí no me dijeron eso (Argumento bastante creíble, por cierto).

También es útil cuando la gente se pone muy preguntona sobre cosas de las que realmente uno no quiere hablar y que ellos realmente no tienen por qué saber. En este caso uno elige una respuesta al azar, algo parecido a lo que llaman ‘’dar la razón del loco’’.

La mentira blanca es útil. Cada quién recurre a ella según sus necesidades y me atrevo a decir que con todo el derecho. Pero su condición única, es que debe ser inocente.

Ahora, si la mentira comienza a esconderse detrás de la excusa, y el horror detrás de la mentira. Si esa inocencia de la que hablaba transita el camino que se torna grisáceo hacia la oscuridad, fácilmente se vuelve explosiva y dañina.

Aunque algunos digan que las medias tintas no existen. Y aunque si me pongo a pensar mucho en ello, comienzan mis dudas. Estoy segura que nunca nada es ''o blanco o negro''.
Hay diferentes métodos para evaluar y hasta condenar la mentira a la que todos nos vemos expuestos y de las que todos, alguna vez, hemos sido responsables. Y a pesar del dicho que dice: todo depende del cristal con que se mire, yo me valgo de una especie de fórmula.

La mentira como medio puede ser blanca, pero si de ella se vale la condena a una persona o a una comunidad entera, sin lugar a dudas, es repulsiva por criminal. Y a ésta entonces, podríamos llamarla: mentira negra.

¿Un ejemplo de mentira negra (criminal)?
Cualquier cosa que pueda decirse para justificar o minimizar la pérdida de alimentos y medicinas en el país.

He dicho.

®

Thursday, May 6, 2010

¡Si no te paso, soy un gafo!

Pensando, como casi todos los días, en el comportamiento general del conductor venezolano, decidí hacer una pequeña clasificación de las distintas especies a manera de desahogo y en honor a las interminables horas de vida que cada uno de nosotros desperdicia diariamente en el tráfico de Caracas.

Está primero, una muy importante, una admirable especie en extinción. El que sale de su casa o su trabajo con la certeza de que encontrará tráfico pesado, sin importar la vía y la hora y sin embargo tiene la intención de no dejarse afectar por ese infierno automotor. Generalmente es calmado, poco egoísta y bastante inteligente. Para entrar en esta categoría se requiere de mucha fuerza de voluntad.

El que a pesar de sus buenas intenciones sucumbe a la ira y hace uso de la corneta con pasión y descontrol. Golpea el volante, al parecer, inmerso en una macabra fantasía en donde la corneta hace las veces de rostro o vehículo del conductor retador o conductor calmado (descrito anteriormente).

El que, a causa de la inseguridad asesina y atroz que se vive en la ciudad, ya no lleva medio cuerpo fuera de la ventana con el brazo colgando; pero que está siempre presto para exigir paso, sin ayuda de la luz de cruce, y cuyo principal objetivo es cambiarse de canal cuantas veces sea posible en el trayecto a su destino, como si tratara de romper un record Guiness.

En esta categoría se encuentran no sólo particulares. A estos los acompañan en su misión de vida los conductores de “camioneticas por puesto”. Esta especie además se caracteriza por su manera de aprovecharse del tamaño de la unidad que conducen para intimidar a los demás.
Una de sus funciones es decretar como parada todas y cada una de las esquinas por las que pasan o en su defecto cualquier punto intermedio entre éstas, o varios.
Todo esto con el apoyo incondicional de sus pasajeros quienes los aúpan con frases como: “por donde pueda” o simplemente deciden tomar la calle intempestivamente, sin importar si se encuentran en medio de una avenida. Pero el tema de los peatones y pasajeros de transporte público es otro.

También tenemos el clásico. El que generalmente no está ni de segundo ni de tercero en la cola, pero que al microsegundo de haber cambiado la luz del semáforo a verde , en su versión suave, hace cambio de luces descontroladamente y en su versión más molesta, toca la corneta, pienso yo, a manera de compensar su orgullo herido por no estar de primero.
En estos tiempos de semáforos inteligentes, dicho toque de corneta se produce en el exacto momento en que el rojo llega a 00, justo antes de que el verde comience su cuenta regresiva. Ya no hace falta mirar el semáforo contrario para esperar a que cambie a amarillo.

Entre estos amantes del ruido también se encuentra el que te presiona para que te pases la luz roja, porque ¿cómo es eso que no vienen carros cerca y tú te detienes y te quedas ahí, sin aprovechar esa valiosa oportunidad?

Otra importante especie, y en lo particular es la que más me inspira deseos de que el mundo se acabe de una buena vez, además del título de este escrito, es el grandísimo “coleón”.
Algunos (muy pocos) entran en esta categoría por error o por ser víctimas del egoísmo absoluto de los practicantes de: “primero muerto que dar paso”. La gran mayoría, y se les reconoce fácilmente por su actitud grosera y agresiva, simplemente parten de la aplicación de un único pensamiento, aunque se intenten engañar a sí mismos pensando que lograrán un objetivo.
Dicho pensamiento es: ¡Si no te paso, soy un gafo!. Sí, así de vacío e incivilizado.
Se rigen bajo una filosofía similar a la de: vive un día a la vez. Para ellos es: pasa un carro a la vez. Sienten gran gusto y regocijo cuando logran burlar a todos los que hacen su fila india, paciente o impacientemente, adelantándose bruscamente, en su intento por dejar claro que no son tan tontos como para respetar leyes o permitirse tener un mínimo de sentido común.

De ellos derivan otros que son más tímidos; pero igual de despreciables. Los que se desinhiben ante la presencia de un “coleón” y copian la conducta de estos seres al volante. A estos los respeto todavía menos.

Después de tanto preguntarme, analizar, rabiar, sentirme frustrada por no poder hacerles entender que si no actuaran de esa manera, el tráfico quizá fluiría mejor y todos llegaríamos más rápido y más relajados a nuestros destinos, además de evitar accidentes innecesarios, llegué a una conclusión no menos frustrante y decepcionante: Ellos no quieren llegar más rápido, sólo quieren llegar primero que tú.

Podríamos crear otra categoría llamada Conductores Inconscientes Varios para no dejar por fuera a aquellos que no pasaron la prueba para entrar en las antes descritas; pero que también ¡tienen lo suyo!
Por ejemplo, los que manejan hablando por teléfono, leyendo, maquillándose o simplemente conversando amenamente con su copiloto y van por la vía como hojas al viento, sin rumbo, sin destino y sin precaución. O los que para evitar algún obstáculo no utilizan el freno. Sólo lo esquivan, con la certeza de que los demás estaremos atentos y siempre listos para ayudarles en su maniobra.

¡Qué miedo, son tantos! Y eso que tampoco hemos hablado de peatones y motorizados.

®

Monday, April 12, 2010

No me conformo.

Alguien me dijo una vez, en respuesta a un comentario que hice, que sí había más seguridad, más empleo, más servicios y más justicia, gracias a este Gobierno y terminó su comentario de la siguiente manera: “pregunta en los estratos E y D y verás”. Mi respuesta fue: Ok, preguntaré en la morgue, a la gente que busca empleo, a los que no tienen ni luz ni agua o en los hospitales.
Hoy quisiera extenderme un poco más.
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