Saturday, August 25, 2012

A veces no te quiero tanto.

Una iguana, un zamuro, un murciélago;
yo creo que es una paloma gigante,
pero ¿qué se yo, no?
Las aceras se desploman por metros;
los puentes, las casas, lo cerros...
De cada tres esquinas una es putrefacta,
como si en cualquier momento fuese a explotar
una cloaca del tamaño de la ciudad,
una gran fuente que nos salpicará a todos;
como si nos hiciera falta ensuciarnos más.
Bajando por cualquier calle un hilito de agua negra,
o blanca, que sirve para ser desperdiciada,
porque ¿qué importa, verdad?
o para contribuir con la destrucción de las vías,
o de las vidas,
porque también se pierde la vida;
también hay hilitos de agua roja, de sangre.
Al lado del hilito un mendigo, un perro y basura;
un delincuente, tres motorizados y un abusador;
el tráfico infernal a cualquier hora.
También debe haber alguna florecita, yo sé,
árboles y gente sonriendo.
A veces los veo, a veces soy yo;
pero cuesta, entre tanta podredumbre. 

®


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