Saturday, August 28, 2010

El niño que llevas por dentro. ¡Ja!

La semana pasada compartiendo con mi primita. Pasando una tarde de lo más relajada y alegre. Esa alegría que te contagian los niños de una manera tan singular. Tuve una especie de revelación.

Poco a poco me fui involucrando en los dibujos que ella estaba haciendo. Es decir, ella dibujaba y yo preguntaba acerca de los diferentes elementos, muy reveladores por cierto, que iban dando forma a su obra.

Luego dibujamos juntas una fiesta, compartimos una torta y le pusimos un porta vasos de sombrero a Smick, así se llama su bellísimo acure de peluche.

Smick comiendo pie de limón.



















El momento de sentirme tonta y sobre todo adulta llegó.
Estábamos viendo a Smick dar volteretas en el aire, caminar por la cuerda floja (un tendedero). Cuando de repente me dijo: ¡vamos a bañarlo! Yo automáticamente pensé y le dije: -Es muy tarde, si lo bañamos ahora que es de noche se va a tardar mucho en secar y hasta se puede enfermar.  Luego le propuse, tratando de ser muy convincente: -Mañana en la mañana, tú lo bañas y luego lo pones a secar en el sol. ¡Va a quedar muy lindo!.

Ella escuchó muy tranquila mi explicación y luego me respondió: ¡No vale, pero es de metirita. No lo vamos a bañar de verdad!

Yo quedé tambaleándome. Fue como si me hubiese dicho: ¡Ay tú no sabes jugar!

Golpeada y aturdida por aquella realidad tan fea en la que yo fui incapaz de ser tan feliz como un niño para quien las circunstancias no significan casi nunca un obstáculo, le seguí el juego.

Ella buscó un envase de champú vacío que le dio la abuela y un retazo de tela blanca. Lo bañamos bien, lo secamos con la toalla y quedó como nuevo. ¡Parecía hasta perfumado!. Listo para dormir el lindo acure de peluche.

***

He aquí, nuestro dibujo de la fiesta.

Smick en la esquina inferior izquierda al lado de su amigo la rata.















Después de terminado me dijo, así con la emoción que produce algo que se acaba de imaginar:
-¿Tú no te imaginas este dibujo pegado en la pared de un museo?
Yo también me emocioné.

Inolvidable.

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