con sus avisos lavados,
escuchando pasos que se alejan.
La alfombra de los años,
suave, rota, viva.
Entre máscaras que nada esconden
me quedo con las notas viejas,
y así me voy quedando sin nada,
o quizás sólo con menos.
Aplaudo la osadía
de quien no conoce el camino
y viaja descalzo,
de quien se sienta en la boca de un vaso
y ríe en la oscuridad.
Pongo un pie fuera de la caja
y mis latidos al fuego.
No conozco otra vía
ni otra forma de quererte.
®
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