Un tono dorado que tiñe el metal
y le cambia la temperatura.
Detrás, la tierra encendida sin amenazas;
un rasguño inofensivo.
Ese calor que se puede ver.
Un instante que se sale del día,
con el que escapo por segundos,
(lo que apenas dura la imagen)
que siempre será distinto.
No hay fotografía que lo registre o lo interprete.
Sigo buscando.
Son infinitos.
No hay fotografía que lo registre o lo interprete.
Sigo buscando.
Son infinitos.
®
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