de recuerdos exhumados,
de haber llegado al fin.
Vi que no cantaba,
que sus ojos se parecían a los míos
y quise llorar con él.
Lo vi buscando a los lados
y quise abrazarlo,
decirle que estaba vivo,
que en medio de la euforia
su llanto era esperanza;
que todo era posible.
Mi nudo se hizo fuerte
y él nunca lo sabrá.
®
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