Friday, June 15, 2012

¿Quién sabe?

Madrugadas de amplitud modulada;
un radio reloj de números rojos.
Siempre las tres de la mañana.

Las horas pasaron,
las paredes cambiaron;
cada quien tomó su camino.
Y yo que pensaba...

No sé en qué pensaba;
en la calle inmediata,
en el tiempo infinito.

Rompí todas las reglas,
unas cuantas puertas;
también mis rodillas
y lloré.

En un desenlace distinto
quizás hoy el sol fuese frío,
mis años un pálido cuento
de músculos hechos de piedra
y mis oídos un salón vacío.

Quizás no hubiese llegado aquí,
a mí, a ti...

®

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