La maquinita no se detiene,
ni la rotación ni la traslación.
El agua corre, golpea y atropella,
limpia, descontamina,
se seca y regresa.
Tú te sientas y esperas.
Coleccionas retazos,
racionalizas en vano,
construyes destinos,
futuros presentes.
Luego te levantas
porque intuyes
que el mundo sigue andando.
®
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